Al contestar una demanda, un abogado le enrostró a la
contraparte que con el juicio “sólo buscaba ganarse honorarios”. Su colega se
sintió “agraviado”. Ahora, la Justicia le aplicó una sanción. “Nada justifica
que éste último se crea con derecho a dirigirse hacia su colega del modo en que
lo ha hecho”, advirtieron los jueces.
A veces la vehemencia con la que se contestan imputaciones
en los escritos judiciales puede jugar una mala pasada. Testigo de ello es un
letrado, que recibió un llamado de atención por parte del Tribunal de
Disciplina del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal (CPACF) luego
de que un colega lo denunciara por “sentirse agraviado”.
Según surge del expediente “C.A.O.c/CPACF”, al que tuvo
acceso Diario Judicial, el abogado multado le propinó al letrado patrocinante
de su contraparte frases como: “su exclusiva finalidad y único propósito, fue
siempre generarse honorarios”; “Empezaron a generar juicios por la sociedad
sólo para generar honorarios”, que buscaba “dañar a la sociedad con lucro y
beneficio propio y personal”.
El Tribunal de Disciplina advirtió que “el fragor de una
vehemente defensa y en el marco de las actuaciones judiciales donde el
denunciante no fue ajeno en su producción como asesor de la contraparte,
pudieron haber llevado al abogado C. a verter aquellas expresiones para
reafirmar lo que en su opinión eran actos celebrados en perjuicio de los
intereses de su cliente, sin advertir o valorar adecuadamente que las mismas
tendrían un efecto mortificatorio carente de utilidad para la solución final
del pleito”.
Sin embargo, consideró que nada justificaba que el letrado
“se crea con derecho a dirigirse hacia su colega del modo en que lo ha hecho”.
Además, el fallo sancionatorio puso de resalto que si bien el derecho de
defensa “permite que cada abogado realice las consideraciones que entienda
necesarias a los efectos de hacer valer sus derechos, en modo alguno puede
admitirse por ello un vocabulario oscuro y provocativo”.
El apercibimiento fue ratificado posteriormente por la Sala
III de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal, conformada por los
jueces Ccarlos Grecco, Jorge Argento y Sergio Fernández, quienes rechazaron la
apelación del letrado, que igualmente se mantuvo en su postura en relación a
que el interés de su colega sólo estaba dirigido a obtener honorarios.
En su descargo, el abogado sancionado señaló que con las
expresiones vertidas en la demanda “en modo alguno quiso agraviar a su colega
aunque su obligación es decir la verdad en defensa de sus representados”.
Para los jueces, aun en la hipótesis de que las afirmaciones
fueran ciertas, la sanción era procedentes. “Los acontecimientos que dieron
origen a las expresiones descalificantes podrían resultar idóneas para iniciar
la pertinente acción judicial tendiente a hacer cesar las actividades
contrarias a los intereses de la sociedad, pero en modo alguno lo habilitan a
utilizar expresiones descalificativas utilizadas contra la labor profesional
del abogado denunciante”, consignaron.
Fuente: Abogados Tucumàn